Jaque mate al almirante by Ralph Barby

autor:Ralph Barby
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
publicado: 1980-08-31T22:00:00+00:00

CAPÍTULO VIII

El almirante Harry Evans tenía el ceño más que fruncido. Ante él había un buen número de informes y dentro de un cartucho de conservación yacía el cadáver del capitán Coldman.

—Lo siento, señor, pero los únicos datos que poseemos provienen de la policía italiana que no desea interferirse en este asunto.

—Un capitán de la Military Police asesinado a porrazos… —se lamentó—. Le han partido la cabeza con saña.

—No iban a golpear simplemente si no a matar —opinó el teniente Lewison.

—No podemos quedarnos cruzados de brazos.

—No, señor. Ya he hecho una investigación sobre todos nuestros hombres de la Military Police, comprobando el lugar que ocupaba cada uno de ellos y según las descripciones que nos han dado de los asesinos.

—¿Y?

—Nada, señor —asintió el teniente Lewison que interinamente se hacía cargo de la compañía de agentes-soldados de la Military Police tras la muerte del capitán y comandante de la compañía.

—¿Ha llevado fotografías de las parejas a los posibles testigos?

—Todos los testigos no las han visto aún, señor, pero las verán, con la debida discreción. Sin embargo, creo que no ha sido ninguno de ellos, les conozco bien.

—Sé que me va a decir que son incapaces de un crimen semejante, pero alguien lo ha hecho.

—Los hombres de la Military Police no siempre nos hacemos gratos al resto de la marinería, señor; ya sabe que en ocasiones los muchachos deben actuar con cierta rudeza ante la bulla que arman en las ciudades algunos marines cuando andan borrachos.

—¿Cree que puede haber sido una venganza de ese tipo?

—Es sólo una hipótesis, señor.

—¿Una hipótesis? ¿Sabía usted, teniente, que el capitán Coldman me entregó unos informes nada gratos sobre determinados hombres que forman parte de la dotación de nuestros barcos?

—¿Se refiere a la investigación que el capitán Coldman realizó sobre la introducción de droga en nuestros barcos?

—Sí.

—Señor, sé lo que me informó el capitán Coldman y lo que yo averigüé por mí mismo.

Tenemos cuatro arrestados.

—Sí, y esos informes deberán pasar al juez militar cuando yo los supervise. ¿Cree que los arrestados han tenido que ver con la muerte del capitán Coldman?

—Están en los calabozos, señor, no han podido salir.

—Sí, ellos no han podido salir y no creo que otros dos actuaran por ellos, tampoco les iba a beneficiar en nada.

—Así es, señor. Usted tiene el dossier con todos los informes al respecto, la muerte del capitán no servía de nada.

—Sí, de nada. La verdad, no lo entiendo. Esos cuatro arrestados son supuestos culpables de tráfico de drogas dentro de estos buques de la Navy y también de proxenetismo, pues según los informes del capitán Coldman, vendían una especie de boletos a precios más que abusivos que les daban derecho a mantener relaciones íntimas con determinadas mujeres de las que hemos dado en llamar las gaviotas.

—Así parece, señor.

—¿Y no podría ser —dijo, pensativo— que hubiera más implicados?

—No lo creo, señor. El capitán Coldman cerró su investigación que le pasó a usted para su supervisión antes de entregar todo el dossier al juez militar.

—Sé que el capitán Coldman trabajaba muy bien y a fondo, pero podía escapársele algún hilo.

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